A partir del 17 de julio, Júpiter empezará a transitar por el signo de Leo, y esto, además de ser una inyección de energía favorable para los nativos del signo, será el inicio de una recuperación en países como Italia y Francia, ambos bajo el signo de Leo. Y la tercera consecuencia positiva, es que dejará de actuar como uno de los vértices de la Gran Cuadratura Cardinal, alineándose en una relación armónica con Urano, planeta alojado en otro signo de Fuego, Aries. Cuando Urano y Júpiter forman un buen aspecto, la combinación es tan positiva que no pasa sin dejar semillas de mejoras futuras, ya que Júpiter está ligado a la expansión y Urano a la innovación.
Será en septiembre y octubre, cuando se produzca un Gran Trino de Fuego entre Júpiter, Urano y Marte (tres de los planetas implicados en la Gran Cruz Cósmica de abril) sugiere que los mismos sectores enfrentados llegarán a acuerdos constructivos. Fluirán las soluciones y los resultados positivos como respuesta a la agitación producida en abril. Así, todo sugiere que la dinámica del año se divide en dos grandes movimientos: destruir para luego construir algo más sostenible y acorde a los especiales tiempos que vivimos.
Plutón, asentado en Capricornio, quedará al margen de esta configuración cósmica favorable (Gran Trino), lo que hace pensar que algunos sectores políticos, grandes magnates y dirigentes poderosos menos populares y visibles, pero con una gran influencia, no van a participar de estos acuerdos y movimientos pacificadores. Curioso si tenemos en cuenta países que están bajo el signo de Capricornio: Afganistán, Bosnia, India, México, Camerún, Haití, Líbano, Sudán, Reino Unido. Y entre sus ciudades, Nueva York, Washington, Bruselas y El Cairo.
¿Y en cuanto a España? España será uno de los países incluidos en las energías de estas potentes configuraciones cósmicas. ¿Cuándo y cómo?
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