LA CONJUNCIÓN DE JÚPITER Y VENUS

Este mes de agosto estamos de suerte con los espectáculos astronómicos: a la superluna contemplada hace casi dos semanas, se le sumó el pasado lunes 18 una espectacular conjunción de Venus y Júpiter, aspecto que volverá a ser visible dentro de aproximadamente un año. Venus por su proximidad con la Tierra, y Júpiter por su gran tamaño, pueden ser contemplados en noches de verano con un cielo despejado y sin ayuda de un telescopio... Lo que sí puede considerarse un lujo fue el recuerdo que me viene de una noche de verano en una playa de Creta con amigos, donde estuvimos contemplando los planetas y las Perseidas (también llamadas "lágrimas de San Lorenzo"o lluvia de estrellas, que tiene lugar cada año a mediados de agosto) en la oportunísima compañía de un griego amante de la astronomía equipado con un telescopio profesional. 


Nostalgias aparte de noches de verano bajo el estrellado cielo griego - ¡la cuna de la mitología!-  la conjunción de Venus y Júpiter siempre ha sido considerada de buen augurio, un aspecto afortunado al unir a los dos planetas asociados a la buena suerte: Venus, belleza y amor, y Júpiter la Fortuna. Un binomio que funciona también para los mortales: Belleza y Dinero. Esta conjunción, que ha tenido lugar en el signo de Leo favorecerá, como es de suponer, a los nativos de este signo. Por extensión, a los demás signos de fuego (Aries y Sagitario) y a Acuario, su opuesto. Leo, un signo que ha pasado unos años difíciles, ha debido notar el efecto de la llegada de Júpiter a su signo el pasado 16 de julio. Tiene unos meses por delante para disfrutar de una mejora en sus condiciones vitales y su estado de ánimo, que la conjunción Venus-Júpier ha impulsado todavía más. 

En breve, nos espera la lunación de Virgo, el día 25 de agosto.Una lunación vibrante que viene acompañada de un trígono entre Venus y Urano, además de una conjunción Marte-Saturno. Los signos de Fuego empezaran el mes lunar con muy buen pie, pero Tauro y Escorpio, los más afectados por esta lunación, tendrán que enfrentar algunos problemas de celos, rivalidades y cuidar sus ataques de ira. Pueden tener motivos, pero las circunstancias los están poniendo a prueba ante circunstancias adversas para que maduren y moderen su carácter. 


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