LAS CRISIS DEL ALMA


Master-and-Commander

"¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro temible viaje esta hecho;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta,el premio que buscamos esta ganado;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante"



¿Por qué este poema de Whalt Whitman que popularizó la memorable película "El Club de los poetas Muertos", para hablar sobre la "noche oscura del alma"? No hay una explicación literaria; el poema es un homenaje a Abraham Lincoln tras ser asesinado. Pero para mí guarda un fuerte simbolismo en su estrofa inicial que me transporta a la sensación de esa noche, de ese viaje, de esas tempestades que forman parte de la temible crisis personal a la que todos nos resistimos pero tarde o temprano nos enfrentamos. La noche oscura del alma, en el mejor de los casos, es un viaje a las profundidades de nosotros mismos, donde al tomar contacto con todos los residuos de nuestro inconsciente, podemos encontrar el hilo de Ariadna que nos permita salir a flote. Porque éste no es un laberinto cualquiera, es un laberinto que nos hunde en las profundidades marinas de nuestra psique, donde a veces ese barco que somos nosotros está a punto de naufragar. Y cuando ya nos parece que no nos queda más aliento, cuando creemos que hemos tocado fondo, nos damos cuenta que aún hay más fondo bajo nuestros pies, y más, y más... Qué aburrimiento, qué fastidio, qué mal rollo pensamos entre dientes hasta que sobreviene la depresión. Hasta que oímos el cataclec inconfundible cuando la eslora ha topado con el fondo. Y si entonces tenemos la paciencia, sólo entonces, de aguantar la respiración un poco más y sobrevivimos a la tormenta, es cuando "el premio que buscamos está ganado". Salir a la superficie con nuestro yo renovado, con la lección aprendida, con nuestro diálogo interno aclarado, y tomar rumbo a ese puerto cercano donde "todo el mundo está exultante". Parece ser que de esas crisis uno acaba por encontrar la salida y se alinea con su propósito, sea éste un propósito viejo al que nunca atendió - razones hay muchas, falta de tiempo, de ganas, de "glamour", etc... - o bien un propósito nuevo que surge una vez agotado un camino que ya no nos ofrece satisfacción. 

¿Qué planetas y qué aspectos astrológicos nos avisan de estas crisis? Fácil: los planetas transpersonales, cada uno con su estilo. Y las casas VIII (la muerte), XII (el retiro, las crisis en general) y por extensión el Ascendente. Un Saturno -un planeta social, pero lento y muy vinculado al ciclo del tiempo-karma- en XII ya es prenda de una crisis, porque esa posición deshace estructuras. Estructuras que acaba de desmontar pasando por el Ascendente, cuando deja a la persona desposeída de aquello que le dio seguridad en el ciclo anterior, para que construya algo más sólido que lo perdido. Saturno, que ahora está transitando por Escorpio (la casa natural de VIII), les está poniendo las cosas poco fáciles a los de este signo (sea solar o ascendente), asi como a los Sagitario. 
Neptuno y Plutón también son planetas que predisponen a crisis lentas y profundas. Neptuno es el regente natural de la casa XII de la rueda zodiacal y Plutón el de la casa VIII. Si estos planetas están pasando por una de estas casas, e incluso por la casa I, también atraen este tipo de crisis personales, que en el caso de Neptuno diluye y desorienta (uno no sabe por dónde va) y en el de Plutón cae en estados de perpetuo enfado con el mundo. El mérito está no en la resistencia, sino en la espera y la cooperación con la crisis el tiempo suficiente para dejar emerger lo nuevo. Si nos resistimos y seguimos en el mismo punto, puede que no pase nada, pero la crisis se volverá a presentar una y otra  vez hasta que entendamos qué sucede...


"Lo que resistes, persiste; lo que aceptas se transforma"


Comentarios