En estas fechas de inicio de año, y como viene siendo habitual desde hace casi dos décadas, los medios suelen recoger las profecías de Nostradamus para el nuevo año. Es de todos conocido que este famoso astrólogo y médico renacentista dijo poco de bueno sobre el futuro. Lo que hoy se tendría por un cafre, por decirlo de manera suave. En nuestros tiempos, donde ser positivo está de moda, aunque las evidencias digan lo contrario, Nostradamus no vendería ni una cuartilla. Excepto el avance de la energía solar y un sistema donde confluirían todas las lenguas, pocas novedades positivas se aventuró a escribir sobre nuestros tiempos actuales.
El caso es que vivimos esos tiempos que Nostradamus predijo como tenebrosos y catastróficos, y como cada entrada de año, sus predicciones salen a la palestra para este 2017. Podemos imaginar que habrá algún añadido sensacionalista de cosecha propia, pero ahí van los que circulan por la red:
- La "esclerosis de una gran potencia" que todo parece apuntar a que no es ni más ni menos que EEUU, y más con la llegada del nuevo presidente y sus impopulares decisiones.
- La erupción del Vesubio, que será la más grande jamás conocida del volcán.
- Un gran terremoto en EEUU (que Nostradamus sitúa en mayo de 2017).
- La muerte del Papa.
- Caída de un gran meteorito, acompañado de tsunamis y erupciones volcánicas.
Muchos vienen recordando las profecías de Nostradamus con el inicio de una Guerra Mundial. Tratemos de no ser tan catastrofistas; de lo que no hay duda es que ya estamos inmersos en una gran crisis, en un cambio de paradigma, en una nueva revolución de los medios de producción... Muchos astrólogos coinciden en fechar una nueva crisis este 2017, con recrudecimiento de los problemas que provocaron la anterior crisis de principio de milenio. Yo estoy más de acuerdo con esta opinión, pues quedan muchos cambios que encajar y este año nos enfrentamos a la cuadratura Urano-Plutón, Júpiter-Plutón y a la oposición Júpiter-Urano, que no son cualquier cosa y van a provocar grandes transformaciones y sacudidas a nivel mundial. El tiempo lo dirá, hacia dónde avanzan los cambios, aunque tenemos ya algunos adelantos de por dónde van a ir.
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