ESTE MARZO, LUNA AZUL

El pasado mes de enero ya comentamos el fenómeno de la luna azul, y bien: este marzo se repite. ¿Qué es la luna azul? Cuando en un mismo mes se producen dos lunas llenas, a la segunda se le llama "luna azul". No es que sea azulada, ni más triste, ni más emocional, ni más intensa ni nada romántico por el estilo. Se le ha adjudicado ese nombre por una especie de deformación de su nombre original, que según se cree se remonta a la época medieval. Dado que los ciclos lunares son de aproximadamente 28 días - por eso coinciden casi con los 30 días del mes del calendario gregoriano- a la segunda luna llena se la consideraba como una impostora, y se le denominó "belewe", que en inglés antiguo viene a significar "traidora". La palabra fue mutando, y de "blewe" (azul, en inglés antiguo) quedó en el actual "blue" (azul). 

No es un fenómeno que vaya más allá de una curiosidad del calendario, por lo que a nivel astrológico no tiene ninguna influencia, excepto la superstición o los dichos populares que pueden ir asociados a los meses en los que se producen dos lunas llenas. En el caso de este año 2018, como apuntamos, lo curioso es la coincidencia de dos meses de luna azul, coincidiendo el primero de ellos con una superluna. Este mes de marzo hemos dejado atrás la Luna llena del pasado día 2, y volveremos a tener otra a finales, el día 31. ¿Se notará en novedades políticas o sociales? En principio, no. Más interesante es, en cambio, la etapa final del tránsito de Urano en Aries, que se prepara para cambiar de signo y pasar al siguiente, Tauro. Todavía nos quedan dos meses para este cambio pero sí que podemos esperar que haya un traspaso de valores, y de maneras de hacer las cosas, que unas tendencias pasen de moda de forma fulminante y otras en cambio emerjan como tendencias en alza. Aries y Tauro son signos lo suficientemente distintos entre sí para que notemos este cambio y seamos testigos de cómo los valores de Aries que han estado en candelero vayan quedando obsoletos y pasemos a otra cosa distinta. Esto puede ser así, sin más. Podemos incluso recuperar valores más tradicionales y valorar la lentitud por encima de la prisa, lo seguro por lo efímero, y se imponga lo conocido por encima de lo nuevo por conocer. Aún faltan unos meses, pero vayamos haciéndonos a la idea. 

Mientras tanto, disfrutemos de este ciclo lunar que se sale un poco de lo ordinario y de la lunación en Piscis que viene en camino, el día 17. Una buena fecha para reflexionar, meditar y valorar experiencias profundas. 

Comentarios