AMOR Y MUERTE EN LA CONSULTA ASTROLÓGICA


Las preguntas sobre amor y muerte en la consulta astrológica suelen ser las más frecuentes. Hasta hace poco, gran parte de las peticiones que recibía tenian como base el amor: sinastrías, consultas amorosas, o crisis personales debido a rupturas o desengaños afectivos. El trabajo y la elección profesional también es un tema recurrente que en estos últimos años no se toma a la ligera, ya que encontrar y conservar un buen trabajo está casi en el mismo nivel de dificultad (si no más) que encontrar una pareja que nos complemente. 

Sin embargo, en los tiempos convulsos que vivimos, he descubierto cómo estos dos temas "estrella" han ido dejando paso a otras consultas sobre aspectos más profundos o existenciales. Por ejemplo, encontrar la misión de vida particular que da sentido a nuestra existencia, o el aprendizaje que subyace en los obstáculos o las pruebas que encontramos en el camino. Y entre estas pruebas, están las provocadas por causas de amor, o las crisis devenidas por muertes en nuestro entorno. Es normal: el amor y la muerte son nuestros grandes maestros. Y estos tiempos de pandemia nos han puesto en contacto día si y día también con el otro gran tema: la mortalidad humana. 


Conocer el momento de la muerte

Entre los temas más leídos de mi blog en el último año, el que hablaba de la muerte en la carta astral es, con diferencia, el más visitado cada mes. ¿Debiera sorprenderme? No, al contrario. Frente a tiempos sociales convulsos y precarios, ante la amenaza de la salud y la propia subsistencia, el tema de la muerte asciende al primer puesto entre nuestras preocupaciones. Es lógico: estamos programados para sobrevivir, para subsistir ante cualquier condición externa, incluso las más precarias. Soy la primera que no indago demasiado en el tema de la muerte cuando trabajo sobre una carta astral, excepto en casos muy justificados, como una enfermedad terminal o un estudio de caso una vez sucedido el deceso (como en las cartas de Camilo Sesto o Karl Lagerfeld, que aspiraba a ser inmortal). Considero que no aporto demasiado a la persona que consulta, excepto anticiparle una preocupación anticipada innecesaria. Tan sólo me atrevo a señalar o aconsejar en periodos que hay riesgos para la salud y/o la supervivencia, pero son riesgos con un margen de acción. En esos casos, la crisis puede reconducirse hacia experiencias menos drásticas, e incluso vivirse como una muerte a otros niveles: un cambio de identidad, de estilo de vida, una muerte espiritual, una depresión... 

Sin embargo, las consultas sobre la posibilidad de muerte, o sobre la evolución de una enfermedad, han ido aumentando en estos últimos meses. ¿Significa esto que estamos familiarizándonos con la muerte y perdiendo el miedo a preguntar sobre este tema, como un tema más? ¿O por el contrario, es señal de que la muerte ha pasado ha ser el centro de nuestras preocupaciones? Es una mezcla de ambas... Pero también diré que el arte funerario, los motivos góticos, el interés por los símbolos "nocturnos" aumenta cuando se dan circunstancias históricas que nos acercan a la muerte. Así ha sucedido en otras épocas, como cuando se produjo la peste, la gripe española, las guerras que azotaron la primera mitad del siglo XX, y cualquier otra crisis social del pasado. 

Visualizar tiempos oscuros en una carta astral, tanto en astrología mundial como la interpretación de la carta astral individual, es bastante fácil. A veces, basta con un simple vistazo para saber que la persona que contacta está atravesando un periodo crítico, o bien está saliendo de una crisis o a punto de entrar. Más difícil es aventurarse a datar la muerte, primero porque si la persona no lo solicita, no es un dato que le tenga que resultar útil en su vida. Segundo, porque en todo mapa astrológico está presente ese margen de error más o menos amplio, que es el libre albedrío. Y tercera, porque hay astrólogos que se equivocan más que las predicciones del tiempo en fin de semana. Que ya es decir 😁 

Sí que se suele recurrir a un punto que nos da bastante información sobre el tema, llamado Hyleg. Es un indicador que se utilizaba bastante en la práctica de astrología medieval, cuando las personas estaban interesadas por su supervivencia (de nuevo, tiempos difíciles) y el Hyleg fue perdiendo interés en astrología moderna, hasta prácticamente desaparecer en la interpretación. Por ética y por prudencia, es mejor tomar este tema con muchas reservas y tener en cuenta la personalidad y las necesidades de quien tienes enfrente. Sé de casos de profecías autocumplidas, algunas de astrólogos que llegaron a ser populares y llegado el día de la muerte que habían pronosticado y pregonado... ¡Ellos mismos provocaron su propia muerte!


Eros y Thanatos, dos impulsos básicos


Habitualmente, solemos vibrar en Eros o Thanatos, que son amor y muerte. Las personas que vibran más en el Eros suelen huir de todo aquello vinculado a lo fúnebre y lo mortuorio. Eros es impulso vital, conecta con el amor y el sexo. Como astróloga también soy más afín a los temas que nos vinculan con Eros, de ahí que buena parte de mi trabajo ha ido encaminado hacia el estudio de las relaciones amorosas, del aprendizaje espiritual o evolutivo que nos aportan las personas que entran en contacto con nosotros. Eros era hijo de Venus y Marte, los dioses del amor y la guerra, y su equivalente en la mitología romana era ese niño con flechas responsable de que caigamos enamorados: Cupido. 


La atracción erótica es el impulso que origina una nueva vida, mientras que el abrazo de Thanatos nos lleva al tanatorio, nuestra parada final. Parada que suele ser la antesala a otro circuito que se inicia a partir de ahí. En cualquier caso, estas dos figuras mitológicas son las que nos acompañan al inicio y al final de nuestra vida. Se puede ver en una mapa natal cuál es el impulso dominante en una persona, en función de la relevancia de sus planetas, sus dignidades, los ángulos de su carta astral. De modo que los que están más conectados con la energía de Eros viven más intensamente en los tiempos boyantes, alegres, fértiles... Cuando la economía va bien, cuando se promueven los actos sociales, el placer, la belleza y todo aquello que hace la vida más agradable. No necesariamente las personas de Eros son optimistas ni positivos tóxicos, sino que tienden naturalmente hacia el lado bello y divertido de la existencia, y se sienten en su ambiente cuando las cosas van bien, incluso disfrutarán en entornos frívolos. No olvidemos el tono juguetón de Eros ó Cupido, lanzando flechas al tuntún... 

Otro tema es cuando las cosas van mal. Ante las crisis, la escasez, la enfermedad, los que vibran con Eros se retiran a sus aposentos y pierden todo interés en aquello que ha perdido su brillo. Es el turno de aquellos que se sienten más afines a la gravedad de Thanatos, ya que la muerte es una realidad que no ignoran, sino que integran en sus vidas. Por tanto, en tiempos de crisis no hacen ninguna concesión, ya que entienden las crisis y el fin de la vida como parte de un ciclo natural. Eso no hace a los simpatizantes de Thanatos más negativos ni oscuros; muy al contrario, al no rechazar las épocas oscuras de la vida, suelen adoptar una actitud más vitalista. Sin miedo a la muerte, lo que pueda traer el destino se acepta mejor.  De cualquier modo, si lo pensamos bien, no podemos controlar ni uno ni otro dios... Ambos se presentan sin que nadie los haya invitado. 

¿Y cuáles son los planetas o los signos más afines a uno u otro, os preguntaréis? No necesariamente hay unos planetas u otros, sino que es la carta en su conjunto la que nos da las claves del balance entre amor y muerte en la consulta astrológica. A modo de acertijo, diré que hay un signo que representa tanto el sexo como la muerte: Escorpio. ¿No es acaso el simbolismo de Escorpio el principio de la vida y la muerte? ¿Puede ser que los nativos Escorpio tengan la clave de ambas cosas? 

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