ASTROLOGÍA Y AMOR

El amor, los amores de verano, los encuentros, los desencuentros... Será el calor o el efecto combinado del calor, los eclipses de julio y los tiempos de cambio tan potentes que vivimos, que no cesan las noticias de amores rotos o no correspondidos. También de enamoramientos, aunque en menor proporción. 

Desde mi trabajo astrológico, me resulta curioso cómo coinciden las consultas, a veces incluso en el mismo día, sobre el mismo tema. En este caso sobre amor, que es de lo que en general no vamos muy sobrados. Hace muchos años ya desde que publiqué mi primer libro sobre almas gemelas, un tema que sigue siendo muy vigente. Desde entonces he ido ampliando mi opinión y experiencia al respecto, aunque el encuentro original que motivó que escribiera aquel libro sigue siendo una experiencia que no he podido explicar más que desde la perspectiva de un encuentro espiritual, algo "especial" que me tocó vivir, más allá de lo que es el amor convencional o una relación de pareja. 

¿Se puede saber si una pareja tiene una afinidad especial, si tienen futuro juntos o si acabarán bloqueándose en Instagram? Con la astrología podemos obtener una orientación bastante aproximada de lo que podemos esperar de esa persona. Como todo, no es una técnica infalible pero nos asegura unas pautas para abordar una nueva relación. A veces, basta una mirada general a ambos temas para ver que una relación es unilateral, una pasión pasajera, un amor imposible o un flechazo fulminante. Suelen ser varios los factores que señalan cuando una relación tiene posibilidades o no, aunque se dan muchos casos que sorprenden a los astrólogos especializados, cuando una sinastría con fuertes tensiones acaba sosteniendo una relación duradera, o por el contrario, una comparación llena de aspectos favorables da como resultado una hermosa historia... Que dura un suspiro.  

Los estudios de pareja son una combinación de diversas técnicas; en mi caso utilizo unas u otras en función de los datos disponibles. La energía del primer encuentro entre dos personas es la más poderosa. No siempre hay un flechazo, pero sí nos despierta una emoción determinada. Si hay indiferencia, podría ser la señal menos favorable, pues significa que esa persona no nos mueve nada. Lo cierto es que a lo largo de la vida, con las personas que han sido más importantes para nosotros podemos describir casi siempre el momento en que las conocimos. O el primer beso. Si no recordamos nada de esto, podremos tener una relación, pero seguramente no será tan significativa. Y esto no es sólo aplicable a las relaciones de amor, pues también sucede con amistades, con las que desde el primer momento hemos congeniado, nos han caído bien o han hecho algo que nos ha llamado la atención. Para analizar todo este tipo de emociones que dos personas se despiertan mutuamente, se suele utilizar la técnica de sinastría o comparación de temas. Pero hay otras dos, que complementan esta información: la carta compuesta y la carta combinada. Todo esto complementado con los respectivos análisis de las influencias afectivas de cada persona por separado. Un verdadero encaje de bolillos que muestra el mapa de los sentimientos entre dos personas, sus posibilidades, qué les une y que les separa. Y en medio de todo esto... Existe la posibilidad de que sean algo más que una pareja. Son casos muy raros, casi excepcionales, pero existe un pequeño porcentaje de relaciones que se dan por motivos kármicos o conexiones que trascienden la atracción común. Son aquellas relaciones que atribuimos al destino, como si las dos personas estuvieran predestinadas o ya hubieran estado juntas en una vida anterior. Yo me he encontrado muy, muy pocas en las que haya encontrado estas conexiones, para ser sincera. Son perlas raras, ¡pero haberlas haylas!

Aunque me considero un poco escéptica o, cuanto menos, muy cautelosa a la hora de afirmar el manido "os conocéis de vidas anteriores", me decanto más por pensar que hay conexiones especiales cuyo origen se nos escapa. No podemos valorarlas bajo los mismos parámetros de las relaciones convencionales. Detrás parece haber una especie de intuición o amorosa conspiración, para unir a esas dos personas. Solemos llamarlo "almas gemelas", cuando además estas dos personas vibran en una sintonía común y comparten muchos gustos e intereses. Es raro encontrar este tipo de relaciones y dejadme decir que no son las más deseables, por todo lo que implican antes, durante y después. En la comparación de temas es fácil reconocerlas, como fácil es ver cuándo no lo son. A veces me decanto por preferir la relación de almas afines; es menos novelesca, pero suele ser más duradera, más sosegada y deja menos secuelas emocionales en el caso que la relación deba romperse. 

Si quieres conocer algunos ejemplos de estudios de pareja famosos, puedes leer mi entrada sobre Brangelina o Banderas y Melanie. Si quieres tener tu propio estudio de pareja, puedes contactarme para saber más rellenando el formulario de información o escribiéndome un email.






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